jueves, 8 de noviembre de 2012

El MURO de BERLIN, derribado el 9 de noviembre de 1989


El día 09 de Noviembre de 2.012 se cumplen veintitres años de la caida del "muro de la infamia".
Se terminó así una dolorosa etapa comenzada el 13 de agosto de 1.961 cuando el gobierno comunista de Walter Ulbricht empieza a levantar el “muro de la infamia” para cortar el éxodo masivo de alemanes que huían del este comunista hacia el oeste libre . Era la medianoche del 13 de agosto y lo que primero fueron alambres de púas terminó convertido con los años en una pared de 45 kilómetros que dividió a Berlín en dos.
El 24 de agosto murió la primera de las más de doscientas personas que perdieron la vida tratando de cruzarlo.
ALEMANIA, EUROPA y el mundo civilizado en general deben recordar siempre que durante 28 años y 128 dias los comunistas dividieron cruelmente una nación soberana separando mediante un muro sus gentes, sus tierras.
Creo que la DESTRUCCION del muro de BERLIN merece un recuerdo muy especial durante todos los años de nuestras vidas y así lo hemos hecho y D.M. lo seguiremos haciendo en este blog.
Este acontecimiento fue posible gracias a la doble cruzada anticomunista emprendida por el Papa Juan Pablo II y el presidente de los USA Ronald Reagan, junto a la beneficiosa influencia de la “perestroika” de Gorbachov.

Unos recuerdos personales de aquéllos dias.



Tuve la fortuna de visitar BERLIN, a principios de 1990, a las pocas semanas del comienzo de la destrucción del muro de la infamia, y no me duelen prendas manifestar que ante las ruinas de lo que representó aquella ignominia, me emocioné intensamente y apenas pude articular una oración por las almas de los caídos que se atrevieron a traspasarlo en esos durísimos años.
Recuerdo vivamente ese viaje a Alemania; fue con motivo de acompañar a unos importantes clientes  a visitar la fábrica de HAGEN Batterie Ag. en Soest; al finalizar las jornadas de trabajo, un viernes, propuse una visita a BERLIN dado el enorme interés despertado por los, entonces, recientes acontecimientos. Desde el pequeño aeropuerto de Paderborn, próximo a Soest,  partimos  hacia BERLIN en un pequeño fokker; después de 40 minutos escasos de vuelo aterrizamos en el histórico aeropuerto de TEMPELHOF, hoy ya cerrado (desde octubre de 2008). Dicho aeropuerto se hizo famoso durante el bloqueo de Berlín por ser utilizado intensamente como base del “puente aéreo”.
Berlín, no nos defraudó; el escaparate de la libertad y prosperidad  occidentales ante la mugre soviética brillaba a su máximo esplendor. Comercio de lujo, restaurantes de cinco tenedores, hoteles impresionantes, avenidas imponentes repletas de público, automóviles de las mejores marcas,………
A la mañana siguiente nos recogió en el magnífico hotel Maritim, en el distrito Tiergarten, un vehículo que nos condujo a la Puerta de Brandenburgo y a partir de allí iniciamos la visita a un desangelado Berlín oriental; en contraposición al Berlin occidental, calles semidesiertas, comercio inexistente, solo se veían algunos cochecitos “trabant”, los ridículos “trabi” , versión en cartón piedra de los utilitarios occidentales, que mostraban sin pudor las carencias  de  la industria soviética del automóvil.

Los aledaños de la Puerta de Brandenburgo se encontraban invadidos por indigentes que procedían  de toda  la zona comunista y que ofrecían a la venta, junto con trozos recientemente arrancados  del muro (y algunos con manchas de sangre, fresca todavía), todo tipo de utensilios domésticos, desde orinales hasta piezas sueltas de vajillas, platos, tazas, cubiertos, sillas, sabanas, mantas, etc. etc.; constituían un exponente lamentable de la miseria que padecían esos desdichados seres; a simple vista se percibía que precisaban para subsistir los escasos marcos producto de su venta.
A la hora de comer, no resultó tarea fácil encontrar un restaurante adecuado; después de un largo recorrido encontramos un hotel-restaurante con buen aspecto. Allí nos dirigimos; la carta, solamente escrita en alemán, era breve e indescifrable para nosotros; para elegir el menú aplicamos la acreditada regla de seleccionar los platos mirando solamente la columna derecha ( o sea, su precio); únicamente recuerdo  que tomamos un excelente caviar ruso, (solamente dos abundantes raciones para los tres, pues no quedaban mas existencias);  el precio resultó muy razonable (nosotros manejábamos marcos de verdad, o sea occidentales) y a la hora de abonar la cuenta nos encontramos que no aceptaban las tarjetas de crédito, cosa lógica, por otra parte en un pais comunista. El importe, en marcos de la RDA, se abonó en marcos de verdad, es decir de la Alemania Federal RFA. Recuerdo que la tasa de cambio aplicada fue de 12 x 1.
Por fin, una sola Alemania, no dos.




Sin el Muro de Berlín como punto de apoyo, la república comunista de Alemania Oriental, R.D.A., se desmoronó y  el pueblo, dolorosamente harto del comunismo soviético y sus mentiras, clamaba en multitudinarias manifestaciones callejeras: “Somos un pueblo, somos un pueblo…”.
En Alemania occidental, el canciller democristiano Helmut Kohl,otro personaje decisivo en este proceso, apoyado por todos los partidos representados en el Bundestag, negocia con el nuevo Gobierno de Alemania oriental y paralelamente con las potencias aliadas de la Segunda Guerra Mundial para firmar los acuerdos que restauran la unidad de Alemania.
En agosto de 1990, la Cámara del Pueblo de la República Democrática Alemana decide que ésta debe entrar a formar parte de la República Federal de Alemania y, poco después, en la noche del 3 de octubre de 1990, la gente celebra la reunificación de Alemania.



F. Javier de Carlos.

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